Seis

ARIADNE

El sueño me eludía por más que lo intentara. Y no solo eso, mi corazón latía demasiado rápido cada vez que pensaba en lo que Callan había dicho. Elira estaba viva. Había repetido esas palabras tantas veces que ahora sonaban como un mantra, pero aún se sentía como un sueño. Necesitaba verla,...

Inicia sesión y continúa leyendo