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ARIADNE

—Soy tan estúpida —susurré en la oscuridad.

Las cadenas tintinearon suavemente mientras movía los brazos. Todo mi cuerpo estaba adolorido. Mi cabeza palpitaba por el golpe contra la pared, y mis costillas dolían con cada respiración. Mis muñecas estaban ya en carne viva por las cadenas. Pe...

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