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ARIADNE

Los guardias no solo me sacaron de la celda. Me arrastraron, con toda la intención de lastimarme y sin un ápice de remordimiento en sus ojos. En algún momento sentí que les habían pedido que me mataran. Las cadenas de plata cortaban mi piel como si estuvieran vivas.

Quemaban y mordían mi p...

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