Capítulo 20 Tan ardiente como el infierno

El beso se profundizó y sus lenguas chocaron con urgencia.

El coño húmedo de Amanda empapaba la tela de sus pantalones, rozando la polla dura que latía contra su entrada.

«Joder, está tan mojada que podría deslizarse adentro sin esfuerzo», pensó Leonardo, agitado.

Su mente gritaba por control, pe...

Inicia sesión y continúa leyendo