Lucharé.

Pasé todo el domingo en el gimnasio. Gracias a Luciano, finalmente tenía mis sujetadores deportivos de vuelta y me sentía diez veces más cómoda entrenando. El entrenador había preparado una rutina para mí pero se negó rotundamente a subirse al ring él mismo, alegando que yo era “suficiente castigo” ...

Inicia sesión y continúa leyendo