Mía.

Luciano

¿Que te largue? Me incliné hacia su lado del coche, mis manos agarrando sus caderas con una urgencia brusca, tirándola hacia mí hasta que se sentó a horcajadas sobre mi regazo. Esta chica, ella era fuego y hielo, algo feroz e indomable desde el momento en que la vi. Ahora, era el momento...

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