Un hombre que es dueño de burbujas

—Tú... tú no puedes decir eso. Ni siquiera sabes quién soy —balbuceo, mi voz apenas un susurro. Luciano no se inmuta. Su mirada es firme, inquebrantable, como si mis palabras no significaran nada en el gran esquema de lo que ve cuando me mira.

—Te diré lo que sé, amore —dice suavemente, su voz como...

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