Con los ojos puestos en la caza.

Alina no perdió ni un segundo. Claramente era muy buena en esto y yo estaba jodidamente agradecido por ello. Una vez que embolsó los restos y marcó las huellas de los neumáticos, se enderezó y enumeró los siguientes pasos como si estuviera escribiendo órdenes en el aire.

—Cámaras de tráfico a lo lar...

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