Una cama que por fin se llenará.

Las pisadas de Kaiden se ralentizaron detrás de mí, el sonido desvaneciéndose en el silencio denso y pesado que llenaba el pasillo. Ninguno de los dos habló. Podías sentirlo en el aire, el peso de lo que ese mueble aún llevaba.

Los dedos de Alina rozaron la madera como si tuviera miedo de dañarla. S...

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