Capítulo 128

La mesera deja el último pincel, promete regresar enseguida con nuestro pedido y desaparece con pasos suaves. Le sonrío, cortés, luego dejo que mi mirada recorra el café. Aquí adentro hace calor, acogedor de esa manera vivida. Parejas salpican la sala, inclinándose el uno hacia el otro, riendo queda...

Inicia sesión y continúa leyendo