Capítulo 21

Él se queda quieto. Solo por un segundo. Pero lo veo, la forma en que sus pupilas se dilatan, el calor que brilla bajo toda esa ira.

—¿Quieres que lo diga claramente? —pregunto, inclinando la cabeza—. Tenías que saber que estaría aquí. Y aun así viniste.

—Estás delirando —gruñe, retrocediendo de n...

Inicia sesión y continúa leyendo