Capítulo 29

Su sonrisa se afila. —Digamos que... me pagan por hacer sudar a la gente. —Se inclina un poco, bajando la voz—. Si te portas bien, puede que te deje verme en acción.

—La última vez que ofreciste, no me interesó, y eso no ha cambiado —digo, aunque la curiosidad realmente me está devorando por dentro...

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