Capítulo 30

Suelto un bufido por lo bajo. Claro. Evasivo como el infierno. Sacudo la cabeza y veo a un tipo con una nevera y unas botellas de agua a unos pocos metros.

—Voy a por agua —murmuro, levantándome—. ¿Quieres una?

Él solo asiente.

Me alejo, agradecido por el espacio para respirar. El sol está alto p...

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