Capítulo 38

El aire cambia. Esta vez es diferente. Ambos lo sentimos.

Aun así, él no dice una palabra. No se aparta. Y por un brevísimo segundo, casi no me muevo. Casi me quedo. Me dejo caer, rompo cada maldita regla que he construido alrededor de mi corazón solo para ser destruida por él una vez más.

Pero no p...

Inicia sesión y continúa leyendo