Capítulo 94

Cuando terminamos, me levanto arrastrándome, gimiendo como si mis huesos fueran de plomo. —Voy a ducharme— Mi mirada cae sobre él, sentado allí, hermoso y devastador. —¿Quieres unirte?

Él inclina la cabeza, estudiándome como si me estuviera desmenuzando. Ese silencio evaluador corta más profundo que...

Inicia sesión y continúa leyendo