capítulo 118 La ballesta frenética

La vista de la ballesta en las manos de Seraphina me heló la sangre. Nunca había estado en un campo de batalla real, pero había tratado a cientos de guerreros lobos heridos en los últimos meses. Sabía exactamente lo que esas armas podían hacer.

Los virotes estaban impregnados con un veneno creado p...

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