10 - Cuando simplemente no puedes

—¡Henry!—Rose corrió hacia la habitación.

—Estoy bien. Solo me resbalé—. Un momento después, él estaba volviendo a entrar por la ventana, esta vez con la malla en la mano. Al meterla, ella pudo ver que estaba parcialmente arrugada y la malla estaba hecha trizas—. ¿Llamaste a Jace?—preguntó, girándo...

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