131- Pero técnicamente, el edificio ya se estaba derrumbando

OZ

Salimos. Apenas. El aire nocturno golpea como hielo después del horno interior, pero no trae alivio. No con Vidar todavía ahí dentro. No con el fuego rugiendo detrás de nosotros, devorando piedra y pergamino como si planease borrar el mundo entero. Nos quedamos juntos a unos pocos metros de l...

Inicia sesión y continúa leyendo