155- Porque no deja de llamarme princesa... y me gusta un poco.

KACIA

Mi abuelo despierta como un relámpago. Hay un espasmo en su mandíbula, un respiro como un gruñido, luego sus ojos se abren de golpe. Están bordeados de rojo, llorosos y tienen brillo atrapado en sus pestañas, como una broma que no quisimos hacer. Intenta sentarse pero no puede. Intenta lev...

Inicia sesión y continúa leyendo