158- Porque es un demonio, no mi novio, deja de hacerlo raro

Por un largo momento, no me muevo. Los brazos de Oz están envueltos firmemente alrededor de mí, una mano descansando contra la parte posterior de mi cabeza, la otra presionada entre mis omóplatos como si tuviera miedo de que pudiera desaparecer si me suelta. Su calidez se filtra en mi piel, su latid...

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