57- Pero se suponía que yo era el peligroso, maldita sea

OZ

Estoy atrapado entre el entumecimiento del shock y la adrenalina alta. En un momento, estoy medio discutiendo con Vidar, tratando de sobornarlo con el desayuno a cambio de consejos sobre cómo volver a caer en las buenas gracias de Kacia, y al siguiente, estoy arrodillado sobre su cuerpo roto ...

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