89- Pero pensé que sería solo una noche, no un trabajo a tiempo completo

Nos subimos al coche y enciendo el motor, alejándome suavemente de la acera. Las calles están tranquilas a esta hora, iluminadas en charcos de luz naranja por las farolas, el resto engullido por la sombra. Elias se sienta en el asiento del pasajero con la postura rígida de alguien que no está del to...

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