40

MYRA

Aunque Hunter me había hecho llegar al orgasmo hace unos momentos, mis paredes se contraían continuamente, recordándome el vacío. Esto intensificaba mi necesidad, y sin embargo, el hombre cruel me negaba lo que más necesitaba— su nudo.

Lo necesitaba desesperadamente para apretarlo. Nunca antes...

Inicia sesión y continúa leyendo