71

MATEO

—Por favor, Mateo. Usa mi coño—suplicó, y eso fue todo. Estaba tratando de contenerme a mí mismo y a mi lobo, pero sus palabras rompieron cada muro de autocontrol que tenía, y me adentré en ella, hundiendo mi dura polla y mi nudo palpitante en su ansiosa vagina.

Gritó al correrse sobre mi nu...

Inicia sesión y continúa leyendo