79. ¡Que le corten la maldita cabeza!

Aranelda

Me dirigí furiosa a las mazmorras. Esta persona iba a pagar y pagar caro. No podía imaginar quién podría hacerle esto a ella. Ella sabía que iba a suceder también. Hizo todo lo posible para asegurarse de que no nos afectara. Pero no había manera de evitarlo. Mi prometida está en coma. Mi c...

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