Capítulo 58 — La calma en el deseo

El peso de la conversación se había quedado flotando en el aire de la suite del Vesper. La estrategia, Eva, las mentiras... Alejandro sabía que mi mente era un nudo, y solo había una forma de desatarlo.

Me empujó suavemente hacia la pared, pero esta vez no era un acto de furia, sino de calma posesi...

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