Capítulo 28

—Bien hecho, Evelyn.

—Siempre tarde para la cena.

Caminé hacia Mario como de costumbre, sintiendo al Don en su asiento habitual.

Mario se levantó y sacó una silla para mí.

Le sonreí mientras le decía gracias con los labios al sentarme.

—De nada —dijo, tomando su asiento.

—Hola —la voz familiar...

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