Capítulo 30

—¡Di algo, Evelyn!

—¡No te quedes ahí parada!

—Um... yo... eh...

—Sé que eres una mocosa terca —replicó él.

Me quedé desconcertada por eso.

—Lo que no sabía es que también robas cosas.

Me reí para mis adentros.

—¿Perdón?

Él levantó las cejas.

Bajé la mirada nerviosa y lo miré momentáneament...

Inicia sesión y continúa leyendo