Capítulo 44

Parpadeé los ojos hacia Candela.

—Me escuchaste, hijo. Ella no puede seguir quedándose aquí gratis. Tiene que trabajar para nosotros si quiere seguir disfrutando de todos los privilegios que le das—dijo.

—No puedes estar hablando en serio, mamá.

—Sí lo estoy, Mario. ¿Parezco estar bromeando conti...

Inicia sesión y continúa leyendo