Capítulo 88

Me puse de pie instantáneamente.

—Candela, no puedes estar gritando aquí. Adrián necesita descansar —dijo Alfredo.

—La perra tiene que irse primero —dijo ella.

Alfredo se mofó. —No tienes ningún poder aquí.

—Esta es mi habitación matrimonial, Alfredo.

—Adrián es mi paciente. Tienes que respetar...

Inicia sesión y continúa leyendo