Encuentro tácito

Llevaba esperando con emoción la última hora. Finalmente vi que el reloj marcaba las 11:50, y estaba listo para salir de mi jaula al menos por una hora. Toqué la puerta del Sr. Alonzo.

—¡Sí! —su voz vino detrás de la puerta.

Abrí la puerta y asomé la cabeza por la rendija.

—Señor, me voy a la reu...

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