La piscina

—Me gustaría eso, Alice—dijo él.

Seguí mirándolo a los ojos, incrédula. ¿Realmente quería que lo llamara Antonio? Sus ojos oscuros tenían un matiz cálido que no había reconocido antes. Sus rasgos afilados parecían suavizados por un segundo. Las luces del sol poniente danzaban en su cabello oscuro. ...

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