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—Ven, cariño. Es hora de irnos a casa —dijo Nora, extendiendo los brazos para que la niña pudiera levantarse—. ¿Quieres que te cargue?

—No, quiero que Elliot me cargue, estoy demasiado cansada para caminar.

La madre, preocupada por enseñar a su hija a valerse por sí misma, trató de intervenir.

—Prin...

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