CAPÍTULO 113

Jason vio las lágrimas acumulándose en sus ojos esmeralda. Antes de que pudiera murmurar una tímida disculpa, ella ya se había ido, corriendo hacia el bosque. Pensó en ir tras ella, preguntándose si estaría segura allí. Decidió que una mujer así podría cuidarse sola.

—¿Qué demonios, Jason? Entiendo...

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