CAPÍTULO 116

—Maldita sea, Deanna— murmuró Jason mientras golpeaba la puerta de Axel. No había timbres aquí, su sonido era demasiado fuerte para los oídos de los lobos. Jason se sintió aliviado cuando la puerta se abrió y Axel le dio una gran sonrisa. Jason dejó escapar un suspiro, sabiendo que todo podría salva...

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