CAPÍTULO 170

A pesar de estar encima de ella, Kaleb descansaba la mayor parte de su peso en sus patas. La loba bajo él estaba débil, delgada, casi como un pétalo de flor que podría marchitarse, pero aun así luchaba y trataba de agarrar una de sus extremidades y destrozarla. No estaba nada feliz de estar en esa p...

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