Capítulo 94

Esa mañana, estaba una vez más al volante de mi humilde carruaje—el Toyota Vios de Tomás. Sí. Leíste bien. La hija del imperio Grigori, paseando por Roma en un Toyota. Porque alguien (yo) estrelló su BMW importado negro mate contra una cerca de viñedo el mes pasado mientras esquivaba un mapache en l...

Inicia sesión y continúa leyendo