42. La carrera acuática y su persona menos favorita

Ella lo miró con suficiente odio como para hacer explotar un tanque de agua. No podía decir qué pasaba por su mente en ese momento. Si quería insultarlo, ahora era el momento.

Sin embargo, Rosé tragó su orgullo y recuperó la compostura. Se volvió hacia él con calma y le ofreció una leve sonrisa.

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