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—¿Y bien? —preguntó ella.

—Pues, antes de que llegaras, estaba entumecido. Estaba solo, miserable y entumecido. Ahora, es como si estuviera sintiendo todo lo que no había sentido antes y no es por beber o por drogas—es por ti, mi Ángel, mi Pequeña Hacker, mi Pequeña Roja. No entendí todo hasta que ...

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