78

S A I N T

—Quiero hablar contigo sobre mi hija—dijo el gobernador por teléfono. Rodé los ojos. Estaba tan cansado de su trasero corrupto como lo estaba de Cecilia.

—Te dije que no me voy a casar con ella—dije, mirando a Reyna, que aún dormía plácidamente a pesar de que el sol ya había salido. Habí...

Inicia sesión y continúa leyendo