Capítulo ciento cuarenta y ocho

DRAVEN

¿La hija de un Alfa? ¿Un Cambiaformas Lobo Alfa? ¿Yo? Sacudo la cabeza, la coraza cuidadosamente estructurada que rodea mi corazón se endurece un poco más que antes. "¿Sabes qué?" le digo al hombre que ni siquiera recordaba bien hasta que recibí ese relicario por correo. Salto del coche...

Inicia sesión y continúa leyendo