Capítulo ciento sesenta y ocho

DELILAH

—¿Esta es tu casa? —pregunto, con la boca abierta de asombro. Claro que lo es. Tiene todo lo demás: cuerpo, músculos, apariencia. ¿Por qué no tendría una casa así también?

—Sí —responde Quinn—. Y antes de que preguntes, tengo un compañero de cuarto. Se llama Timmons. La Escalade es...

Inicia sesión y continúa leyendo