Capítulo ciento setenta y ocho

QUINN

Sobresaltada con un gemido, gira su rostro impecable hacia mí. El puchero de sus deliciosos labios rosados se redondea en sorpresa. —Quinn —exclama, el alivio iluminando sus ojos de tonos traviesos. Una mano delicada se aferra a mi muslo superior y su cuerpo se presiona contra mí de maner...

Inicia sesión y continúa leyendo