Capítulo treinta y cuatro

DRAVEN

—¿Qué? —exclamo—. ¿A,aquí?

Los brazos de Domonic se cierran alrededor de mí mientras empiezo a luchar, mis ojos se dirigen directamente a las ventanas sombreadas, y un grito de miedo sale de mi boca.

—Draven —me llama, tratando de captar mi atención, pero mi mente está en otras cosas....

Inicia sesión y continúa leyendo