Capítulo cuatrocientos dos

GRYFFIN

El timbre suena otra vez para competir con el turbulento trueno de mi ardiente corazón mientras aparto los ojos de la vista tentadora del brillante coño de Adelle.

Joder, es precioso. Perfecto. Impecable. Nunca he visto nada tan hermoso en toda mi vida.

Y mientras Adelle se sienta...

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