Capítulo cuatrocientos nueve

ADELLE

Oh Dios mío, oh Dios mío, oh Dios mío, oh Dios mío…

Chispas recorren mi cuerpo desde los dedos hasta los pies, como pequeñas celebraciones en mi piel, mientras la mano de Gryffin se desliza desde mi mandíbula hasta la parte posterior de mi cuello, donde su mano se enreda en mi cabello...

Inicia sesión y continúa leyendo