Capítulo cuatrocientos quince

ADELLE

—Ya no soy tuya —repito las palabras que más duelen, mientras una fría línea de lágrimas corre por mis mejillas hasta salar mis labios y oscurecer el cuero de la chaqueta de Gryffin. Un sollozo se atora en mi garganta y no puedo evitar gemir, amortiguando el sonido con mis propias manos....

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