Capítulo cuatrocientos treinta y nueve

POLLY

—¿A qué hora vas a llegar a casa, Madoc? Solo necesito saberlo para asegurarme de haber terminado todo para cuando regreses.

Su risa oscura me recorre la columna vertebral mientras dice —Eso sería como hacer trampa. ¿No crees, nena? No debería tener que decírtelo. Deberías ya saberlo. ...

Inicia sesión y continúa leyendo