Capítulo cuatrocientos cincuenta y nueve

Mi cabeza gira hacia un lado tan rápidamente que no me doy cuenta de que Callie se ha dejado caer de rodillas. Lo que noto es la belleza que me está mirando a través de la tormenta. Un poco más atrás del vidrio que antes, con las manos sobre su boca y esos ojos verde jade que de alguna manera h...

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