Capítulo 9

—¡Maldita sea!— Miré arriba y abajo de la calle, pero ella ya había desaparecido. Podría intentar perseguirla, pero ni siquiera vi en qué dirección se fue. Volví adentro y subí las escaleras de dos en dos. Necesitaba averiguar dónde vivía y tenía que llegar hasta ella.

Entré en el dormitorio y vi a...

Inicia sesión y continúa leyendo